Riesgo y recompensa compartidos: hacer sostenible la construcción colaborativa

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Los contratos de riesgo y recompensa compartidos son cada vez más comunes en la construcción en todo el mundo. Desde la Forma Integrada de Acuerdos (IFOA) utilizada por Sutter Health en los EE. UU. hasta las disposiciones de ConsensusDocs 300 y AIA, y el modelo de “Alianza de Proyectos” en Europa y Australia, estos acuerdos tienen como objetivo alinear los intereses de propietarios, contratistas, arquitectos y otras partes interesadas. La idea central es simple: todos comparten las ganancias y las pérdidas de un proyecto. Este enfoque respalda la entrega integrada de proyectos (IPD) y el diseño de valor objetivo (TVD), buscando mejorar la colaboración, reducir costos y minimizar las disputas.

Por qué es importante el riesgo compartido

Los contratos de construcción tradicionales a menudo enfrentan a las partes entre sí, lo que lleva a relaciones conflictivas y al desperdicio de recursos. Los modelos de riesgo compartido abordan esto fomentando la participación temprana, la comunicación abierta y la innovación. Las investigaciones muestran que los proyectos que utilizan estos métodos pueden ofrecer resultados entre un 15% y un 20% por debajo del precio de mercado, con menos sobrecostos en comparación con los enfoques convencionales. Sin embargo, esto no está exento de riesgos: algunos proyectos agotan las ganancias y los fondos de contingencia, dejando a los equipos sin ganancias.

Esto pone de relieve una cuestión crítica: el riesgo compartido debe ser sostenible, lo que significa que los propietarios obtienen valor y los contratistas obtienen una ganancia justa. Sin ambos, el modelo colapsa.

Cómo hacer que el riesgo compartido funcione

A continuación se presentan estrategias clave para mejorar la viabilidad del riesgo y la recompensa compartidos en la industria de Arquitectura, Ingeniería y Construcción (AEC):

1. Alinear objetivos desde el principio

Todo el equipo, incluido el propietario, debe acordar entregar valor y al mismo tiempo garantizar ganancias justas para todos los participantes. El propietario debe apoyar genuinamente el éxito económico de los proveedores de servicios y los contratistas deben priorizar el valor para el cliente. Solo los proyectos que logran tanto éxito financiero como resultados significativos son verdaderamente exitosos.

2. Anclar los costos al caso comercial del propietario

Considere el proyecto como una inversión empresarial. Los proveedores de servicios deben evaluar la viabilidad basándose en los costos del mercado y el presupuesto del propietario. Si estos no se alinean, el equipo debe retirarse o aceptar el riesgo de trabajar sin ganancias. La transparencia es crucial: los propietarios deben compartir sus limitaciones de costos por adelantado.

3. Defina claramente el alcance en riesgo versus el precio fijo

No es necesario que todos los aspectos de un proyecto formen parte del grupo de riesgos compartidos. Por lo general, entre el 80 % y el 90 % está en riesgo y el resto tiene un precio fijo. Para aquellos en el grupo, documente claramente lo que se incluye. Los cambios en este alcance deben provocar ajustes en el costo objetivo. Defina qué cambios impulsados ​​por el propietario se incluyen en el grupo de riesgos y cuáles no, para evitar disputas.

4. Involucrar a los expertos desde el principio

Involucrar a los artesanos y supervisores durante la fase de diseño. Sus conocimientos prácticos pueden evitar diseños inconstruibles. Asegúrese de que los representantes de los propietarios tengan poder real de toma de decisiones para evitar retrasos. Las aportaciones tempranas de quienes construirán el proyecto son invaluables.

5. Elija el equipo adecuado

El riesgo compartido requiere confianza, transparencia y una cultura colaborativa. No todas las empresas o individuos son adecuados para este modelo. Seleccione a los participantes cuidadosamente, priorizando aquellos con altas necesidades de coordinación y un impacto importante en el éxito del proyecto.

6. La gobernanza compartida es clave

Las ganancias y las pérdidas están ligadas al desempeño colectivo. Todas las partes del grupo de riesgos deben compartir la responsabilidad de gestionar el proyecto. No es sólo el trabajo del arquitecto o del contratista; requiere un liderazgo compartido.

7. Utilice métricas transparentes

El riesgo compartido exige KPI nuevos y transparentes. El equipo debe conocer la situación financiera en todo momento: ganancias, flujo de caja, tasas de quema y gastos futuros. Comparta curvas de mano de obra, tasas de productividad y lecciones aprendidas para garantizar la alineación y la resolución proactiva de problemas.

En última instancia, el riesgo y la recompensa compartidos ofrecen un camino hacia una construcción colaborativa más eficiente. Al priorizar la sostenibilidad, la transparencia y la alineación, la industria puede desbloquear todo su potencial.